martes, 26 de abril de 2016

PSICOLOGICA DEL PANFLETARIO

Miguel A. MENDOZA LOZA
                Panfleto, octavilla, mosquitos, o volantes son los nombres que llevan los escritos que se distribuyen  de manera bastante furtiva, escondida, generalmente  al amparo de la oscuridad.
                En el mundo democrático, en el que las personas podemos expresarnos libremente, realizar las críticas que creamos conveniente, se da de manera libre es condición imprescindible asumir  la responsabilidad que nos corresponde por verter opiniones que a veces pueden mellar escrúpulos personales, familiares o sociales.
                Es muy diferente el uso de estos escritos en regímenes dictatoriales, en las que se lucha contra el régimen de opresión por lo que los objetivos que impulsan a difundir ideas y llamar a acciones de lucha,  es un imperativo histórico, cuya distribución tiene que realizarse de manera furtiva, amparadas en la oscuridad de la noche, justificado por un fin noble,  no por cobardía sino por preservar la integridad física de los temerarios fustigadores.
                Es en este contexto que se realizan las diferencias de cualidades personales, así tenemos que en los regímenes dictatoriales, lo que les inspira a los adalides de la justicia y libertad  es la lucha contra la injusticia,  la intolerancia, la corrupción, son fines nobles los que marcan su derrotero, a riesgo inclusive de pagar con su propia vida esta temeridad, o dejar sus huesos en las cárceles como históricamente se tienen muchos sacrificios en favor de la libertad.
                A diferencia de estos librepensadores, luchadores por la libertad; se tienen a los que se han desarrollado en las excrecencias parasitarias de la sociedad, aquellos que sigilosamente emboscados en las tinieblas de las más lóbregas noches, atacan vilmente honores de aquellas personas a las cuales su impenetrabilidad moral e intelectual hace que;  al no poder enrostrarles de frente optan por la diatriba, la injuria, el insulto, cual pigmeos morales frente a un gigante decoroso y avasallador que ni se retiene a voltear la cabeza frente a los ladridos de estos  falderillos que no llegan a tocar ni los tobillos de los encumbrados insultados y vilipendiados, la historia nos refiere muchos ejemplos de repulsivos y abyectos sujetos frente a dignas personas que jalonan el desarrollo de los pueblos.
                Hecha esta diferenciación, vayamos adentrándonos en los vericuetos de la podredumbre moral de los agraviadores y ultrajadores puntualizando particularmente en sus extravíos patológicos morales y psicológicos.
                Vayamos estableciendo algunas características psicologías de estos sujetos:
ASPECTO SOCIO EMOCIONAL: Usualmente tienen profundamente alterado su aspecto socio emocional, toda vez que se ven incapacitados a demostrar sus emociones de manera natural, como el de las demás personas bien ajustadas, poseen imperturbabilidad, frialdad, incapacidad de demostrar emociones positivas sin embargo son extremadamente histriónicas, cuando convienen a sus intereses son muy vivaces y hasta se tornan en personas encantadoras, atractivas.
                Estos sujetos se caracterizan por ser mitómanos y narcisistas, inclusive escriben con bastante frecuencia, sin interesar la calidad de sus escritos, ni evaluar las consecuencias de sus papeluchos difamatorios,  solo por vanagloria personal, por mera petulancia y egolatría; creando fantasías en su entorno, magnificándose; haciendo girar el entorno social a su persona porque tienen un colosal ego, engañan con bastante facilidad y hasta son convincentes, sin embargo son muy desconfiados, sospechan de los demás, les irrita el triunfo ajeno, como si pusiera en peligro su estabilidad; son sujetos desconfiados, envidiosos del triunfo ajeno, vengativos, rencorosos,  no dudan en denigrar o minimizar los logros ajenos, miran supuestamente por encima del hombro a personas que no compatibilizan con sus ideas, son pragmáticos, por lo que consideran todo lo que es útil a sus intereses son verdades universales, llegando a la extorsión con suma facilidad, como si la satisfacción de sus aparentes necesidades no tuvieran límites éticos, sociales, culturales;  le causa un profundo dolor emocional el triunfo ajeno, por sus logros de quienes conviven con estos sujetos, lo que les genera una alta dosis de envidia producto de su egolatría,  se muestran solitarios porque no confían en los demás, en tanto tienen torvos pensamientos, por lo que procuran no tener amigos de confianza, solo aquellos que les son útiles para sus intereses, no interesando en absoluto el aspecto moral, a pesar que conoce bien los límites de lo bueno y malo, de lo aceptado y rechazado moralmente, no le interesa en absoluto, traspasar estos límites.
                En su centro de trabajo si es que posee uno estable, se muestra con airecillos de superioridad, vanagloriándose por algunos aspectos de índole intelectual, humillando a quienes cree inferiores y son sus superiores en jerarquía laboral, como si por algunos designios malignos le hubieran quitado el cargo para el cual está lo suficientemente preparado, (diseñado dirían ellos) aunque carezca de cualidades morales y sociales como el de la honestidad, empatía, comunicación eficaz entre otras,  despotricando en sus interiores lo injusto de la distribución jerárquica,  maldiciendo su mala suerte y reclamando sus supuestos derechos como si ciertas divinidades le hubieran prodigado capacidades que no las tiene.
                Como es lógico, estos panfletarios incursionan en política, ya sea ofreciéndose como cabezas visibles por el hecho que tienen su soberbia  y egolatría mal fundamentada, sin embargo se sienten más cómodos en la oscuridad en la que se sienten como pez en el agua, despotricando inmisericordemente, ofreciéndose al mejor postor, al mero estilo de “plumíferos de alquiler” , los denominados políticos de oportunidad, sin recato alguno alquilan su pluma y conciencia,  y estos envanecidos creyendo que son escritores se regodean lanzado secreciones purulentas con ventilador a quienes consideran sus ocasionales enemigos. 
ASPECTO INTELECTUAL: Los sujetos en referencia usualmente tienen un coeficiente intelectual normal o superior, lo que les permite ponerse en ventaja frente a las demás personas a las cuales pretende o mejor aún manipula con facilidad, no en vano planifican actos de índole delincuencial realizando reglajes bastante bien elaborados, pero  como no existe el crimen o delito perfecto, algo les evidencia y son delatados por algún pequeño descuido que no tomaron en cuenta por el menosprecio a la inteligencia o capacidad de las otras personas, usualmente optan con facilidad títulos, grados y honores académicos así como sociales, porque gracias a su gran capacidad histriónica e inteligencia utilizada con fines malignos, cautiva con suma facilidad a personas que incautamente se dejan llevar por sus promesas y compromisos.
                Como generalmente son personas de vivaz inteligencia, redactan panfletos con una facilidad alarmante, por el gusto de injuriar y enlodar honores de quienes consideran responsable de su desgracia o de poner algún reparo a sus punibles propósitos como acto de venganza y satisfacción personal, ya se manifestó que si bien es cierto son sumamente inteligentes, desde el punto de vista ético, moral no reparan en dañar honores sólo por satisfacer sus protervos objetivos, así tenemos muchos ejemplos en la historia, siendo el más conocido el del autor de  “miente, miente, que algo queda”.
                Son bastante hábiles en el aspecto psicomotor, aspecto que juega favorablemente para cometer sus latrocinios, como el de volantear amparado en la oscuridad, asaltar bancos o despojar billeteras, su psicomotricidad fina está bastante bien trabajada destreza que les es imprescindible para cometer sus timos, fraudes o robos, como estamos hablando de los panfletarios sus actividades delictuosas cubiertas por las tinieblas no solo de la oscuridad natural sino de su pesarosa,  sinuosa y atormentada vida.

                Este tipo de sujetos, como se puede apreciar de la lectura, no son los que aparecen diariamente en los canales de televisión o periódicos, como sujetos harapientos, mal encarados, con cortes en la cara o “galones en los brazos” muy por el contrario como dijimos pueden llegar a ser sujetos encantadores, atractivos, encandiladores, con una frialdad emocional digna de mejores intenciones, llegando inclusive a disgustar a sus seres más cercanos, ya sean familiares o compañeros de trabajo, desprovistos de loa sentimientos más básicos que le permitiría convivir con relativa tranquilidad

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